Líquenes
Un liquen consiste en una asociación entre un hongo y un alga o una cianobacteria, viven en una relación simbiótica, de forma tal que ambos adquieren beneficios de la interacción. Está muy difundida en la naturaleza. Crece sobre troncos de árboles, postes, piedras bañadas por el sol. No necesita de ninguna fuente de alimento orgánico y puede permanecer vivo aunque se deseque, solo requiere luz, aire y algunos minerales. Los líquenes absorben con rapidez sustancias del agua de lluvia. Reciben diferentes nombres según el desarrollo de su cuerpo: se denominan Crustosos cuando tienen forma de costra o de mancha, están fuertemente adheridos a troncos o piedras; Foliosos cuando se asemejan a una hoja, de aspectos laminados, con bordes plegados y menos puntos de adhesión; y Fruticosos cuando son ramificados y erectos, se encuentran adheridos únicamente desde un extremo. Son indificadores de la contaminación atmosférica, sobre todo del dióxido de azufre que resulta de la combustión de carbón. Los líquenes fruticosos son los que más se afectan y los crustosos son los menos sensibles. Por ello, la presencia o ausencia y la diversidad de líquenes pueden emplearse como indicadores del nivel de contaminación atmosférica. La abundancia y diversidad de líquenes indica bajo nivel de contaminantes y, por el contrario, la ausencia de líquenes marca un alto nivel de ellos.
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